Aprende de una vez por todas a hacer auténtico café cappuccino
Si pensamos en una forma de beber café que se ha extendido por todo el mundo, seguro que estamos pensando en el café cappuccino, un café, leche y espuma de leche, con un toque de cacao o canela en polvo, que nos encanta beber para el desayuno. Si estás interesado en demostrar tus habilidades como camarero y preparar a todos para esta especialidad italiana, aprende de una vez por todas a hacer un auténtico café cappuccino.
¿Qué es un auténtico café capuchino?
El Cappuccino, una bebida italiana a base de café espresso, leche entera y espuma de leche. La dosis o proporción habitual es de aproximadamente 25 ml de café espresso, 75 ml de leche entera y 75 ml de espuma de leche, recubierta con un toque de cacao o canela. El servicio se completa con un vaso de agua fría, una galleta y una cuchara, un café consumido en Italia sólo para el desayuno.
El aspecto más importante del cappuccino es la calidad del café espresso que sirve como base y el procesamiento de la espuma de leche, que debe hacerse por medio de la boquilla o vaporizador. Esto es muy fácil si tiene una cafetera automática con este dispositivo o la función de cappuccino como la trae de fábrica la Saeco Intelia.
El nombre de esta bebida parece derivar de su color, que recuerda los hábitos de los monjes capuchinos, siendo para otros un recuerdo de estos monjes en la aparición misma de la bebida es que recuerda la tonicidad de la cabeza de los monjes, una zona circular afeitada rodeada de la zona marrón proveniente del pelo. Los orígenes de la bebida parecen venir de la batalla de Viena en 1863, cuando los italianos bebieron las bolsas de café abandonadas por los turcos, suavizando su poder con la adición de leche crema y miel, creando el hábito de mezclar café con leche y ablandándolo.
Si tenemos una buena cafetera automática, nuestra tarea de preparar un buen cappuccino se reduce a dos técnicas. Por un lado, la preparación del café espresso sirviendo como base, tan simple como presionar el botón y esperar a que el café esté listo, con la medida perfecta del café molido en el momento, para que la base de nuestro capuchino tenga todo el aroma y la riqueza de sabores que queremos. Para la leche, las normas habituales de los baristas establecen que no debe hervir, sino que debe mantenerse a unos 70º centígrados. En esa leche a 70ºC, comenzaremos a aplicar las técnicas para lograr la espuma de leche con la textura perfecta.
Para hacer la espuma, hay que calentar la leche, inclinar ligeramente la jarra donde se encuentra y dejar que se formen las miniburbujas que le darán al cappuccino su consistencia aterciopelada y ligera, y eso le dará cuerpo a esta bebida que se puede beber a través de la espuma, o removerla con café cuando se mezcla con la cuchara.
La forma más fácil y rápida es tener una cafetera con la función Cappuccino Onetouch que nos permite obtener el café cappuccino recién hecho, todo automáticamente: a medida que la máquina muele el café, prepara la base del espresso, calienta la leche, crea la espuma y la sirve sobre el café, dejando el cappuccino listo.
El cappuccino debe servirse en una taza de porcelana, acompañado de un vaso de agua fría y opcionalmente con una galleta o un bombón colocado en el plato. El café espresso se hace directamente en la taza de porcelana, luego se añade un poco de leche caliente y se termina con una capa de espuma de leche caliente de aproximadamente un centímetro de alto que llena o desborda la superficie de la taza.
El toque final es añadir una pequeña cantidad de chocolate o canela en polvo. No olvides que el mejor café, es que compartimos relajadamente, sin prisas ni agobios.